Productos contaminantes y su disposición final
Los procesos de descomposición de los residuos sólidos urbanos depositados en los sitios de disposición final se pueden distinguir tres procesos relevantes: descomposición aerobia, descomposición anaerobia y lixiviación. El factor principal que rige estos procesos es la percolación del agua pluvial a través de los residuos, tanto en rellenos sanitarios como en tiraderos a cielo abierto, ya que ambos están expuestos a absorber buena parte de la precipitación que incide sobre su superficie. Los procesos de descomposición de los residuos favorecen la emisión de productos contaminantes que pueden ser un riesgo potencial al ambiente y a la salud, entre los que se encuentran los lixiviados y el biogás, mismos que requieren de un manejo adecuado acorde a la normatividad ambiental mexicana y en cumplimiento de los tratados internacionales firmados por México. Bajo este marco se promueve la disminución de la contaminación atmosférica así como la producción de energía a partir del biogás, aprovechando los bonos de carbono que se reciben por la reducción de las emisiones de metano y bióxido de carbono, principales gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global de la Tierra.
Productos Contaminantes
Pilas Y Baterías
Las pilas y baterías, forman parte del equipo que todo viajero transporta cómodamente durante sus travesías y derroteros hacia la aventura. También nos son útiles en el hogar o la oficina.
Las hay de distintos tipos, tamaños, voltajes, capacidad y marcas. Desde las comunes hasta las especiales, todas ellas nos facilitan la vida, alimentando linternas, radios, gps, cámaras fotográficas, ecosondas, handys, etc.
En nuestro país se comercializa productos elaborados mayoritariamente con carbón, zinc, oxido de magnesio, óxido de mercurio, níquel, cadmio, hierro, litio, oxido de plata, etc. De las diversas combinaciones de estos elementos, surgen los distintos tipos de fuentes.
Pero como todo lo bueno, pronto se termina, también a las pilas y baterías les sucede lo mismo. Incluso a las recargables cuando se les cumple el ciclo útil de descarga y recarga.
Estos prodigios de la tecnología moderna, son fuentes de poder que basan su funcionamiento en reacciones químicas más o menos complejas y que dan lugar a la degradación de sus compuestos internos, liberando electrones que luego viajaran por los conductores y circuitos, produciendo fenómenos electromagnéticos aprovechables.
En realidad los electrones viajan de uno de los extremos o polos de la pila hacia el otro opuesto y a su paso a través de los circuitos, producen estos fenómenos.
En realidad los electrones viajan de uno de los extremos o polos de la pila hacia el otro opuesto y a su paso a través de los circuitos, producen estos fenómenos.

Como ejemplo, una pequeña pila de reloj arrojada al agua y cuyo compuesto base sea el óxido de mercurio, llega a contaminar 8 millones de metros cúbicos de agua o el equivalente a 400 camiones cisternas. En el caso que la pila sea arrojada a un lago o estanque, los compuestos pesados pronto serán absorbidos por el lecho o subsuelo, permaneciendo allí por mucho años y si le medio es un río o el mar, las aguas arrastraran los compuestos, contaminando todo el recurso natural de una amplia zona.
Previendo que somos cuidadosos con nuestro medio ambiente, seguramente guardaremos la pila en un bolsillo y al llegar a casa la arrojaremos al tacho de basura, pensando que de allí, ira a parar a un lugar seguro. Esto está muy lejos de la realidad ya que desgraciadamente en la República Argentina, no hay una política de tratamiento para este tipo de desperdicios y tampoco hay una entidad que exija a las compañías recolectoras de residuos el clasificado y posterior tratamiento de estos materiales altamente peligrosos para la salud humana, a pesar que existe la ley 24051 que contempla a este tipo de residuos como material ecotóxico.
Tampoco sería una buena solución incinerar las pilas en desuso ya que al quemarlas, a parte del grave peligro de explosión que acarrea, también la volatilización y liberación de metales pesados a la atmósfera, puede producir graves lesiones a la salud de las personas.
En algunos países, se esta tomando debida conciencia del peligro que encierra este tipo de desecho y se prohíbe la fabricación de pilas que contengan metales pesados u óxidos, y también se exige un tratamiento especial con clasificación y posterior almacenamiento en lugares apropiados y bajo estricta supervisión o el reciclado como en Japón.
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